“Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente”. “La mejor estructura no garantiza los resultados ni el rendimiento, pero la estructura equivocada es una garantía de fracaso”.


Estas son algunas de las lecciones que el padre del management moderno, Peter Drucker, ha legado a los directivos que vayan a pilotar las compañías en el siglo XXI.
El gurú indio C.K. Prahalad ha asegurado en varias ocasiones que, por ejemplo. “lo primero que hay que liderar es a uno mismo’; “el éxito viene de ponerse objetivos ambiciosos”; o “el liderazgo no consiste en cambiar a los demás, sino en inspirarles con el propio ejemplo para conseguir los objetivos propuestos”.


A lo largo de los siglos, pensadores, literatos, políticos o estrategas, como Maquiavelo, Vladimir Lenin, Winston Churchill o Dwight. D. Eisenhower han legado una serie de frases cortas, sencillas y fáciles de recordar pero que, dada su carga significativa, son auténticas lecciones del management que todo ejecutivo debería tener en cuenta a la hora hora de encarar la toma de decisiones en una empresa. Compañías como Inditex Sony; Terra, Citibank, Google o Wikipedia dan sentido y vigencia a frases tan contundentes como “sólo es posible avanzar cuando se mira lejos”, de Ortega y Gasset; “la empresa sin estrategia está dispuesta a intentar cualquier cosa”, como aseguró en su día Michael Porter; o “a los elefantes les cuesta mucho adaptarse, las cucarachas sobreviven a todo”, de Drucker.


El diario económico Expansión publicó un artículo el pasado 13 de noviembre en el que nos da “10 lecciones de management”. En este post, dejamos constancia de la primera lección:


1. “Un plan no es nada, pero la planificación lo es todo”, Dwight D. Eisenhower, ex presidente de EEUU:
Podemos considerar que el fin de la planificación es lograr los objetivos (cuantitativos y cualitativos) a largo plazo de la empresa, desarrollando estrategias y gestionando los recursos para llevar a cabo dichas estrategias. Está claro que un buen plan o una buena idea empresarial es un buen punto de partida, pero puede ser un fracaso si no tiene detrás un proceso reflexivo, ordenado y estructurado que posibilite su consecución. Siempre se puede acertar por casualidad, pero nadie puede vivir del rédito de un golpe de suerte eternamente, y mucho menos una empresa. Para que un negocio funcione, lo primero que hace falta es una idea, pero todavía puede pasar mucho tiempo hasta que ésta se materializa y se concrete en un negocio próspero. Para ello, es necesario estudiar el mercado, sus necesidades, adecuar el producto y sus características a la demanda, organizar un plan de ventas, marcarse objetivos, lograr financiación, estudiar los distintos canales de comercialización, cómo se va a realizar el cobro, analizar distintas iniciativas de márketing y comunicación, crear canales logísticos, etcétera… Un ejemplo reciente de la validez de esta frase de Eisenhower es el fracaso de Sony con la Play Station 3. Demasiados errores en a planificación impidieron reeditar el éxito que supuso el lanzamiento de su precesora la PS2.